La pareja de la primera ministra de Serbia, Ana Brnabic, dio a luz el miércoles a un bebé varón, algo que, según el Gobierno, es un hecho inédito en la política mundial.
La madre, la médico Milica Djurdjic, y el bebé se encontraban "bien", según un comunicado del Gabinete de prensa de la primera ministra.
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"Ana Brnabic es una de las primeras jefas de Gobierno cuya pareja dio a luz durante el ejercicio del cargo (y es la primera del mundo en una unión del mismo sexo)", indica la nota.
Brnabic hizo historia en 2017 al convertirse en la primera jefa de Gobierno de Serbia abiertamente homosexual.
A pesar de vivir juntas ambas mujeres, no hay reconocimiento oficial de que sean pareja
Su elección como primera ministra fue acogida con optimismo porque daba visibilidad a una comunidad discriminada en la tradicional sociedad serbia, un país que no reconoce ni las uniones civiles ni el matrimonio de personas del mismo sexo.
La primera ministra y Djurdjic viven juntas pero no existe ningún tipo de reconocimiento oficial de que sean pareja ni tampoco de que tengan un hijo en común. El hijo es exclusivamente de su madre biológica.
De acuerdo con los medios locales, el niño se llamará Igor.
Los medios serbios informaron que la pareja de Brnabic recurrió el año pasado a la fecundación artificial.
La europeísta Brnabic, de 43 años, fue elegida primera ministra el 30 de junio de 2017 y es también la primera mujer al frente del Ejecutivo serbio.
La constitución del país balcánico define explícitamente el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, y las uniones civiles de personas del mismo sexo tampoco son reconocidas.
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Las parejas del mismo sexo también tienen prohibido adoptar hijos, aunque los solteros pueden hacerlo independientemente de su orientación sexual.
Serbia ha mejorado su legislación para combatir la discriminación, la desigualdad y la incitación al odio, pero organizaciones a favor de los derechos LGTBI argumentan que no se aplican estas normativas y que queda un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de derechos.
Algunos activistas también critican a la primera ministra por no defender con mayor firmeza la necesidad de cambiar la legislación para aumentar los derechos de esta minoría.